lunes, 20 de diciembre de 2010

UN FINAL DE AÑO FELIZ PARA TODOS

Pasaron ya algunos años desde la toma de la fotografía de los Bear Sanz. Cada uno de nosotros eligió con libertad su camino pero siempre confluímos
en Puebla, en Abándames o en Madrid. El amor ha crecido desde ese remoto día. Queda claro que yo soy la mayor y no mi hermano Maxi a quien siempre presento como tal.
Quiero agradecerles el poder caminar juntos ya que es una elección personal y todos estamos de acuerdo en hacerlo. José Ángel y Gustavo son los pequeños del linaje Bear que proviene, hasta donde he podido investigar, del 1500. Surgen los datos en el Valle de Peñamellera en el Principado de Asturias. Los Sanz se pierden en la historia entre Burgos y Soria.
Los ancestros fueron sabios y emigraron a México a principios del siglo pasado y el resultado somos cuatro hermanos con once hijos y tres nietos.
El poder de la sangre (linaje) une los corazones y las voluntades, más aún el amor pleno de mis padres Socorro y José Pablo quienes nos enseñaron a ser honestos, trabajadores y a luchar contra mareas y tempestades.


Los observo siempre con amor y orgullo. En este final del ciclo 2010 les envío a mis hermanos, a mis padres, a mis hijos Paola, Ma. Eugenia y Juan, a mis nietos Álvaro, Sophie y Sara, a Rafael: esposo, compañero y consejero, a mis yernos Jordi y Francisco a mi nuera Dulce, al resto de la familia y a mis amigos todo mi amor y agradecimiento.

La vida ha sido generosa conmigo y correspondo haciendo que cada minuto valga la pena.

Feliz Navidad y sobretodo grandiosa entrada al 2011

María Sanz