jueves, 29 de diciembre de 2011

Rutas sagradas en la ciudad de México


Somos testigos de una época de ciclos que se extinguen y otros que nacen con fuerza inusitada. Durante la era de Piscis fue el Himalaya en donde se concentraron las principales energías cósmicas. El 21 de marzo de 1948, al iniciar la era de Acuario, es la Cordillera de los Andes la heredera de ese fluir cósmico el cual se transmite al resto de las montañas del Continente Americano. 
De los siete Nadis o Chakras planetarios, la Madre Tierra posee dos situados en la Cordillera de los Andes, más los correspondientes a México y Perú. Nos unimos al esfuerzo para apoyar la reactivación de la memoria ancestral de Nuestra Madre Tierra y recuperar el vínculo sagrado con nuestra Tonantzin Tlalli. Se anuncia el despertar a una nueva cultura planetaria, amorosa y consciente. 
Los abuelos mayas insisten en la necesidad por despertar la conciencia de toda la humanidad a una nueva sensibilidad, así, novedosas e infinitas posibilidades se abrirán para todos los seres vivientes. Invitan a sumar esfuerzos y tomar la responsabilidad de cambiar nuestro hogar que es la Madre Tierra; ¿cómo?, por medio de una nueva comprensión dirigida a la construcción de una Nación Humana y Universal en la cual las diferencias lleven a la unidad. No es una postura religiosa o política, es un quehacer humano que atañe a todo tipo de ideologías.
Son tiempos de retos y debemos prepararnos para afrontarlos y trabajar por el equilibrio tanto personal-interno como el de nuestro entorno, y sumarnos al esfuerzo mundial por el fortalecimiento del tejido de luz. Una manera es el recorrido consciente de las rutas sagradas existentes en el planeta. Una ruta conocida mundialmente es el Camino de Santiago, de cuya experiencia hablaré en otro momento.
Nos propusimos iniciar el camino siguiendo las señales contadas por los abuelos. La tradición dice que en la antigüedad, los guerreros aztecas se purificaban en los Baños de Moctezuma al iniciar la ruta sagrada que los llevaba a amplificar la consciencia. Llegamos al Bosque de Chapultepec, solicitamos permiso a los guardianes sagrados y caminamos en busca de las señales. Cruzó frente a mí un joven con una camiseta negra, la leyenda con letras blancas decía: “ayúdame a lavar mi consciencia”. Miré a Rafael, él se sonrió, levantó la mano y me indicó que continuara de frente.


Fue al otro lado del Lago Menor en donde por un instante, el sol iluminó un enorme ahuehuete. En el pasado, señales parecidas nos indicaron el lugar o el camino a seguir; regresamos entonces unos pasos y nos dirigimos a ese sitio. En definitiva la geografía sagrada de Chapultepec ha cambiado desde los años del 1500 y encontrar los actuales indicadores implicó un esfuerzo de la atención. Varios ahuehuetes de troncos centenarios nos esperaban: de ahí debíamos partir. Al tomarme la fotografía, mi cinturón quedó apresado en una de las delgadas astillas del tronco, lo agradecí al sentirlo como una señal de aceptación: yo decretaba dejar atrás mi negatividad y la naturaleza, de alguna manera, intentaba retenerme. Realizamos un alto en cada uno de los ahuehuetes y pedí me transmitieran conocimiento. La naturaleza es un libro abierto, sólo debemos aprender a leerla. 


Raíces profundas, 
ramas que sin temor 
se aproximan al cielo. 
Toqué su piel agrietada 
por los miles, quizás 
millones de insectos que 
habitan en ella; se alimentan. 




En la novela de Aguaviento dije que el camino que llevaba al cielo estaba señalado por oyameles. Así ha de ser, me dije, y quizás escoltado por seres ancestrales que con su luz guían a las almas novatas. Continué acariciando los demás gruesos troncos que sobrevivieron a Moctezuma y vivirán más allá de mi efímera existencia terrenal.



Una pareja se besaba; silencio y amor comenzaban a fluir alrededor nuestro



Al encontrar el afluente efectuamos la purificación simbólica. Visualizamos el agua correr como diminutas chispas de luz, por la mente, el corazón y a través de cada rincón de nuestro cuerpo. Cruzamos el puente; fue un momento de reflexión profunda y la transición a un estado de conciencia amplificado surgió en cada uno de nosotros. A partir de ese momento cesó el conteo de la respiración y caminamos vacíos de pensamientos, siguiendo tan sólo el pulso de nuestro corazón aunado al latir de la Madre Tierra.  
Habíamos cruzado la puerta. Los abuelos dicen que existen dos: la vertical lleva a otra dimensión (Mictlán) y Moctezuma Xocoyotzin intentó cruzarla a la llegada de los conquistadores. La puerta horizontal es el inicio de la ruta sagrada que finaliza en el punto central del Zócalo de la ciudad de México.


A la muerte del ahuehuete El Sargento, uno nuevo y más joven, heredó la autoridad de guardián y centro del Bosque Sagrado de Chapultepec. El llamado: El Tlatoani, se encuentra a un lado de una fuente y con el puente que simboliza el tránsito a un espacio de consciencia superior. 
De acuerdo con el ritual Olmeca, continuamos en completo silencio a partir de la Fuente del Quijote. No sólo detuvimos el diálogo externo sino también el fluir de los pensamientos. Una tarea difícil al encontrar cientos de personas en nuestro camino. Changüitos de colores chillantes a manera de sombreros, niños sobre los hombros de sus padres, marchantes, formas, colores, voces en amalgama perfecta conspiraban en su intento por convertir mi máquina mental en un pandemónium. Debimos evadir las distracciones visuales, cerrar la audición a los sonidos. Recurrí a las estrategias empleadas en las caminatas de poder en el Monte del Olimpo y otras montañas sagradas, clavé la mirada en las lozas del piso e inicié la marcha lenta llevando mi atención a la sensación en las plantas de los pies y a la parte superior de la cabeza.

Fuente del Quijote realizada por Fernández Urbina.
El rostro del Quijote está representado por Salvador Dalí y el de Sacho Panza por Diego Rivera.
Las actuales esculturas son copias de las originales que fueron robadas 

Al llegar a la Avenida Reforma iniciamos la tarea de enviar amor a todos los seres que encontramos a nuestro paso, a los que se viven más allá de nuestra percepción. Pensé desde mi corazón y con infinito amor en mi familia. Tomamos la Avenida Juárez, luego la Cinco de Mayo. Realizamos varios altos durante el trayecto, siempre con la atención localizada en un punto de nuestro cuerpo.
Me fue imposible seguir con mi humilde cámara fotográfica al joven que filmaba al abanderado,
 quien protestaba por algo

El zócalo rebosaba de colorido, luz, sonidos. Lo primero que vi fue a los danzantes. Un recordatorio de que estábamos a punto de concluir la caminata. Sentía el tiempo fluir de una manera diferente al resto de las miles de personas que se arremolinaban en el lugar, también mi espacio parecía ser otro, como si una invisible cápsula me rodeara. 

Anécdota para deleite de mis familiares y amigos españoles
Rafael sugirió entrar a la Catedral pues en la herrería del coro, realizada con cierto tipo de aleaciones que permiten amplificar las ondas sonoras produciendo vibraciones especiales, encontraríamos un tipo de estímulo sutil que nos apoyaría en el final del recorrido. Al entrar, el estado de quietud se perdió por unos momentos, pude sentir con claridad el dolor y la tristeza contenidas ahí adentro. Una Catedral oscura, fría; una copia de la Catedral de Puebla. Las ondulaciones del piso me hicieron sentir mareo, los pensamientos acudieron y el temor a enfrentar un temblor, ahí dentro, me desequilibró. Por fortuna, en cuanto salimos, recuperé el silencio interno.


Me emocionó llegar al centro del zócalo y ver ondear la bandera; un águila orgullosa con mensaje de unidad respondía a las caricias del viento. Se agolparon en mi cabeza datos y datos provenientes de fuentes históricas, pero aún así, mi corazón permaneció inmutable, tan vacío y tan lleno. Tan silencioso y al mismo tiempo repleto de melodías.

Despertar como una manera de sentirme tan finita y tan infinita; saberme un delgado nudo en la red que conforma el cosmos. Ciudadana del mundo, de los mundos; habitante en las diversas dimensiones y al final indispensable y prescindible ser del universo. Ser todo y a la vez la nada. Y como soy yo, eres tú. Y puedo verme en ti y quererte y respetarte como lo hago conmigo. (Me responsabilizo de estas reflexiones).


Comimos en el Café Tacuba, uno de mis preferidos. Al regresar al departamento de César Daniel, me senté a escribir  la experiencia. Aún me falta mucho por andar y descubrir; una pregunta me asalta: ¿tendré el tiempo suficiente? Al menos hoy descubrí que el límite no es la muerte.

Invitación a la montaña

Foto: Rafael Aluni


Encontré una corona en el bosque. Miré en todas direcciones; los elfos parecían aguardar el atardecer para reanudar sus juegos nocturnos. ¿Sería de alguno de ellos? Podía escuchar los susurros melódicos de las hadas, las risas de los trasgus, las vocalizaciones de la Xana venidas desde el manantial. Al parecer todos los seres guardianes de la montaña se preparaban con sus mejores ropajes; la llegada del nuevo año se aproximaba. La sombra luminosa de un duende se aproximó hacia mí. Levanté la corona ofreciéndosela, la luz se convirtió en vapores rosados y envolvió mi mano. Mi corazón se detuvo por un instante como si cientos de pensamientos llegados de las voces del bosque entraran a él. Me coroné. De entre los árboles volaron mariposas portando una capa de viento bordada con diminutas flores blancas. Me despertó la noche, los dulces cantos de la Iztaccíhuatl. 

Regresé al "Despertar" con la noticia. La montaña, los bosques, la tierra nos pedían acompañarlos en ese abrir los ojos al 2012 con alma de infante. 

Hoy preparamos 12 velas blancas y un festejo alrededor de la fogata. Los invitamos a recibir el nuevo año dejando atrás cualquier sombra oscura; con la pureza de un ser nuevo.

Eugenia y Rafael

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un año de luz



Les deseo un año 2012 de luz, en el que cada paso se acompañe de felicidad, éxito y amor.


Foto: Rafael Aluni Montes
Lugar: Avenida Reforma, México D.F.

martes, 20 de diciembre de 2011

Las predicciones de Bartolo

Aquí no pasa nada, pero en Zonzonique todo puede suceder, más aún en esta temporada de fin de año. Pues cuéntenos compadre Bartolo, por qué tan cejijunto y pesimista. Pues mis queridos compadritos, con eso que todos se creen la vacilada de que el mundo se va a acabar en el 2012..., el día veintiuno, del mes doce, del año doce y a las doce, me imagino que de la tarde porque de noche nadie se enteraría...  Y a usted qué le va o qué le queda. Pues mucho porque mi preciosa Bartolina anda nerviosita. Pues a ella qué le va o qué le queda. ¿No sabe usted decir otra cosa, compadre? Ya no hablo, pues, mi apreciado Bartolo, exprese usted con abundancia lo que le preocupa mientras le servimos otro traguito de agua de horchata. A mí sírvanme mezcal. ¿En dónde lo tienen? Guardadito, Bartolo, no ve que fuimos a jurar a la villita, hasta escribimos el mentado papel comprometiéndonos a no tomar alcohol en todo el año. Bueno, pues, !salud! y yo les invito la jarrita con agua de jamaica. 
De verdad estoy rete triste, mi Bartolina dice que ¿en dónde fregados van a meter tanto muertito?, y peor: ¿quién lo va  hacer? Pues de verdad no lo habíamos pensado, Bartolo. Se imaginan que nos lleguen de repente millones de almas despistadas; nosotros, de a poquito en poquito, apenas y nos podemos organizar. Tiene usted razón, compadre, no lo habíamos pensado... !Pero porqué nos preocupamos si no va a pasar nada! Ya lo sé, mis queridos compadritos, pero Bartolina no y anda bien loca, de trompa parada y me maltrata cada vez que la visito; dice que sacando cuentas, deberá recibir unos doscientos descendientes. !Ah, jijo de la guayaba!, que prolíficos resultaron sus hijos. !Compadre, usted me insulta! Ella jamás perdió su virtud, son descendientes de los hijos de sus hermanos y los de sus medios hermanos, más los de... !para qué les cuento si el mundo no se va a acabar!


Entonces no se enoje, Bartolo. !No me enojo me enca... brito y peor! Me fui a Zonzonique para quitarme a Bartolina de la cabeza y, !me echaron agua bendita nada más cruzar la puerta de la casa en dónde festejaban la posada! De ahí me crucé al ranchito de junto y ¿cómo ven?, !todos salieron corriendo! Pues para qué se le ocurre, compadre, ¿a poco quiere usted convivir con esos maloras?; no, Bartolo los vivos con los vivos y nosotros a lo nuestro. Mire, compa, andamos organizando otra revolución, digo, a ver si se nos va el aburrimiento; queremos jalarnos a los del Ejército de Oriente. !Pero cómo se les ocurre, compadres, esos andan ocupados preparando su fiesta del 150 aniversario y no creo que Zaragoza les de licencia!, mejor enrólense a los difuntos de este sexenio, son un titipuchal. !No, Bartolo, esos están rete desorganizados, más bien encabritados como usted! ¿Los andan corriendo con agua bendita de todas las casas? Peor, compadre, los que lanzan las piedras y esconden las manos hicieron una misa para pedirles perdón y rogar por la paz. ¿Qué no va en contra de la constitución? Mis tenates, compadres, la misa fue para otra cosa. Por eso le decimos, Bartolo, queremos hacer una revolución así como vivos están haciendo la suya. ¿Y contra quién, compadres? Eso es lo de menos, Bartolo, en qué se fija. Pues bueno, ya qué, a río revuelto ganancia de pecadores. !Pescadores, Bartolo, pescadores! No compadres, pecadores, !esos se van a robar hasta las urnas y todo se pondrá de cabeza! ¿De cuáles habla? !Pues en las que guardan las cenizas! Qué alivio, pensamos que de las otras. Es lo mismo compadres, es lo mismo, ya lo verán el día 21 de diciembre del 2012. !Salud! Qué pesimista, compadre, de verdad que la Bartolina lo está influyendo... No digan sandeces, los terremotos, inundaciones, resoplidos de volcanes y demás movimientos sobre la tierra se verán chiquitos si las urnas... Compadre Bartolo, mejor empínese el mezcal y vamos a comenzar nuestro plan revolucionario, "!los muertos, unidos, jamás serán vencidos!" y feliz inicio de 2012, a ver si en este año si se le hace, Bartolo. ¿Se me hace qué? !Pues conquistar los adentros de las enaguas de Bartolina! Va, pues, y a ustedes lo de la revolución de los muertitos. 

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tlacaélel el Azteca entre los Aztecas, por Antonio Velasco Piña

Tehotihuacan (fotografía tomada de:http://. noticias.aollatino.com/2011/12/14/teotihuacan-piramide-sol-ofrenda-ceremonial/)

Este fin de semana pasado finalicé la lectura de la extraordinaria novela del maestro Velasco Piña. Magnífica en muchos sentidos y por estar en relación a la novela Murmullos de jade, de mi autoría y aún no publicada, la cual me ha dado satisfacciones personales en verdad mágicas. Se las iré contando. Hoy, al revisar las noticias que alimentan la mente, como la narrada por Aol Noticias, encontré algo más para continuar con las creencias de la relación del todo, en este plano existencial, con el cosmos. 

Regresaré con Murmullos de jade, la historia que nació luego de conocer a Óscar, un querido amigo antropólogo interesado en temas humanistas. De inmediato coincidimos y me hizo llegar informaciones valiosas con respecto a los guerreros águila (el tema principal de la novela). "La información aparecerá poco a poco, créeme". De hecho, inicio Murmullos de jade con fragmentos novelados de ese primer encuentro con Óscar. He trabajado en la novela por espacio de tres años. En un principio de manera tradicional: realizando numerosas lecturas tanto en artículos publicados en la red como libros de todo tipo, además de visitar la casa de los guerreros águila en Malinalco y la del Templo Mayor en el D.F. Por supuesto incluyo las informaciones obtenidas en los viajes a Xochicalco, Cantona, Cacaxtla, Xochitécatl, Tajín, Uxmal, Mitla, Montealbán y las pirámides de Egipto.

Preguntando, preguntando, otro amigo, Eduardo, me recomendó la lectura de Tlacaélel. Debía llegar cuando yo estuviese preparada. Así fue. Luego de haber meditado durante meses con el dije del guerrero águila entre mis manos, de haber visitado la zona arqueológica de Cholollan (Cholula) guiada por el arqueólogo Francisco González Hermosillo, intuí que ahí se guardaban secretos que rebasaban lo material. Una conclusión bien cimentada ya que en la novela mis personajes encuentran un entierro y a un lado del "personaje principal" descubren un collar de jade con el dije del guerrero. La sorpresa fue para los antropólogos, ya que al contárselos, ellos me comunicaron que recién encontraron un entierro cerca del mercado y en la ofrenda había un collar de muy parecidas características. Mi respuesta fue sincera, lo había soñado. Aún más se sorprendieron pues una de las antropólogas, Ananta, había soñado también con las características del entierro que encontraran días después. Para mayor asombro, en Murmullos de jade, el gran secreto se encuentra en "La Olla", caverna que se encuentra en el ombligo de la pirámide de Cholula (dato real) y hoy descubro lo referido en Aol Noticias. Esta información la reservo para el final de este relato.

Evidentemente los conocimientos de los ancestros han sido celosamente guardados luego de la persecución que sufrieran a manos de la iglesia católica. En el presente, una gran parte permanecen custodiados por los grupos interesados en su preservación. 

Recién escuché en el programa de radio de Fernanda Familiar a Pedro Moreno hablando acerca de las antiguas creencias del papel del sol y la luna, de la lluvia y demás, en la vida cotidiana de nuestros ancestros. Comentarios imprecisos y poco afortunados ya que nuestros mexicas no eran hombres primitivos con la idea de que el sol quizás no apareciera al día siguiente y por esa razón se la pasaban rezando y suplicando la noche completa por medio de complicados rituales. Las razones eran o son otras. Si algo tenían era un profundo conocimiento astronómico y una completa unión a la madre tierra y a las fuerzas del cosmos. Ellos agradecían. Como criaturas vivas, gracias a lo que el ser supremo les ofrecía a través del universo y a la tierra que los acogía y alimentaba, retribuían día con día esos favores. Mi querido Pedro Moreno, te encantaría que te adentraras en la cosmovisión de nuestros antepasados. Seres sensibles, humildes y a la vez guerreros de luz. 

Tan profundo fue su saber que a pesar de las restricciones, continuaron enseñando a su pueblo a través de la danza. Un astuto ardid que ha engañado a los ajenos por cientos de años. Cada deidad tiene su propia música y pasos de un baile que a simple vista parece un saltar muy energético. Pasos en relación con las matemáticas y las leyes cósmicas, con la historia que narra. Cada detalle del vestuario, de los movimientos, del horario en el que se ejecutan y más, tienen su por qué. Pero ese y otras maneras de mantener vivo el conocimiento ancestral, es otro asunto.  

Retomo el camino por el que inicié este escrito. Paso a paso fui descubriendo un mundo contenido en una burbuja de cristal. Ahí está, se puede ver pero no adentrarse en él a no ser que se tengan las claves y esas son conocimiento. Al leer Tlacaélel, noté que mis intuiciones o bien, mis conclusiones, no habían estado del todo erradas. Mi querido guerrero Tonáhuac (personaje de la novela), trasmite un secreto a Beltrán (personaje del presente). También yo recibí conocimientos mágicos y secretos, entre ellos el nombre (transitorio) de Huehuexóchitl, gracias al Tonalama efectuado por Acamapichtli, y con el que debo trabajar para continuar en este camino espiritual. 

Ahora me doy cuenta del paralelismo existente entre lo sucedido en la trama de Murmullos de jade y mi propia vida. De forma misteriosa los acontecimientos suceden y estoy segura que aún falta mucho por descubrir, como al inicio me advirtiera Óscar. 

Revisemos ahora la noticia: 

"Hallan ofrenda bajo la Pirámide del Sol en Teotihuacán"


"Sabemos que fue depositada como parte de una ceremonia de consagración a la construcción de la Pirámide del Sol", dijo el arqueólogo Enrique Pérez Cortés, del INAH. "Probablemente al inicio de su edificación, hace más de 1.900 años".

"La ciudad fue fundada hace casi 2.500 años, y llegó a tener una influencia dominante en la arquitectura, el comercio y la cultura en grandes extensiones del México antiguo. Pero la identidad de sus gobernantes sigue siendo un misterio. La ciudad fue abandonada para cuando los aztecas llegaron a la zona en los 1.300 y le dieron el nombre de Teotihuacán, que significa "el lugar donde los hombres se vuelven dioses".

Mis respetados lectores, hay mucho material para ponernos a pensar con el corazón y sentir con nuestra mente. O mejor aún, situarlos juntos y a un lado de los seres con quienes nos relacionamos.

Huehuexóchitl

martes, 13 de diciembre de 2011

La Biblia de Bartolo


Debo confesarle que esa noche, cuando estuvimos tan juntitos, tuve ganas de darle un beso; pensé guardarlo para después y mire nada más, !tres días se me perdió!, ¿pues qué trae usted, Bartolo? ¿Le gusta verme sufrir! Hasta me fui a buscar a mis amigas “Las Refugios”, pero andaban muy ocupadas como para ir a buscarlo. Y pues, yo que me preocupo, con eso de que continúan matando gentes por equivocación.
Las Refugios, cuya historia se narra en la novela de Los muertos de mi vida, son amigas de Bartolina y del general Gabriel


Mi querida Bartolina, ya debía saber que hay que agarrar las oportunidades porque se pasan como el aguita del manantial entre las manos, pero qué le digo, aproveche ahora y pare la boquita.
Tiene razón, mi Bartolo, las oportunidades vuelan y la suya ya se pasó. Tan bonita y tan difícil, pero ya se me hará hacerla mi mujer, Bartolina, al fin que nosotros tenemos toda la eternidad. !Bartolo!, cambie esa miradita de gato a medio dormir porque me pone nerviosa y dígame en dónde andaba. Pues me puse a leer la Biblia, ya ve usted que ahora es el libro que marca la vida de los famosos; empecé por lo último, digo, por si alguien me pregunta no verme tan tarugo, al fin que sólo hay que leerla un poquito. ¿Y qué cree?, esa Apocalipsis se parece a lo que estamos viviendo, bueno es un decir porque usted y yo vivido tenemos todo. Y por lo visto, usted, mi querido Bartolo, también lo bebido porque no le entiendo nada. Pues se lo explico, faltaba más, pues andaba yo con eso de "Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos". Me pregunté ¿pues que harán los hombres que hasta la catrina les tendrá miedo?
Me puse a pensar y pensar y pues, que se me va el día, ya de noche me fui a la cantina y me encontré a mis compas Panuncio y Sidronio. Me lo imagino, Bartolo, se empinó usted la botella de mezcal hasta tragarse el gusano. Sólo piensa cosas malas, mi chatita, no fue así, nos pusimos a filosofar. ¿En la cantina? Sí, Bartolina, en la cantina la gente habla de cosas importantes, el caso es que Panuncio abrió el periódico y justo cuando comencé a leerles de las amenazas a las activistas, del ejército en la frontera, de muertitos por aquí y por allá, que si la pobreza, que si el dinero no alcanza..., pues que se nos mueve la tierra. Prummm, prummm, sonaron los vasos y las botellas. Pensé que me había echado la maldición la vez pasada que nos vimos cuando usted dijo que si me había agarrado un sismo y yo le alegaba que había sido un levantón... Y la otra vez que dijo de la madrecita tierra y... Bartolo, deje de treparse por las ramas del pasado y continúe. Pues me acordé  de la Apocalipsis: "y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos." Casi, casi vi al candidato frente a mí, ya sabes, el que casi lee toda la Biblia, entonces les dije a Sidronio y a Panuncio: "pues que se apure el señor de la Peña a terminar de leerla porque este saco le puede quedar a muchos y si no le paran no llegará a tener ni un solo Nieto". Eso a mí no me importa, Bartolo, no es una razón para haberme dejado plantada. Verá qué sí, mi prietita linda, en otra parte dice: "Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento." Hasta se me alborotó lo que usted ya sabe... No sea majadero, Bartolo. Pero sí no dije nada..., bueno pues, me dije: "esto habla de mi Bartolina, sólo nos falta dejarla panzona y las profecías irán por buen camino, porque todo lo anterior ya está pasando". Bartolo, no juegue con las cosas sagradas. Pero mi Bartolina, si hace ya cien años que ni las canicas aviento. Arrímese, Bartolo, y póngase a hacerle nudos a las reatas del tendedero en lugar de andar meneando mis enaguas. Pero si lo que nos hace falta a todos es una patria amorosa, llenita de... Bartolo, lo que a usted le urge es ponerse a trabajar el campo y a sus compadres dejar de extender las manos a ver si les cae algo del cielo. !Ay, mi virgencita, como me hubiera gustado celebrarla a usted junto con mi Santísima Guadalupe! Ya va a empezar, Bartolo... Pero mi chula, si usted no me deja, mire el recuerdo que le traje de la Villa. !Esta bien bonita esta medalla, Bartolo, no se hubiera usted molestado!¿Molestia? Será una alegría para mí ponérsela en ese cuello tan delicado y esbelto. No pues, si desde que aprendió a leer dice usted cosas rete bonitas. Y verá nada más cuando me de permiso de... Se está pasando, Bartolo, los cariñitos en el cuello no vienen con la medalla, ¿o sí? ¿Usted qué cree? Debo confesarle que esa noche, cuando estuvimos juntitos como ahora, tuve ganas de darle un beso. Ya me lo dijo y pues anímese. No Bartolo, que tal y aparece alguno de esos ángeles de la Apocalipsis.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Para el florecimiento de la humanidad y la Madre Tierra



Del 18 al 21 de noviembre pasado compartimos nuestras inquietudes y propuestas encaminadas a la unificación de la humanidad, en un solo sentimiento llamado Amor, en un solo camino impulsados por la nobleza del Corazón, con un solo Rostro y un solo Pensamiento.
Nos abrió las puertas de su casa Cesar Daniel González Madruga (presidente de la Comisión de Cambio Climatico en la Cámara Baja), un inquieto joven político quien posee una clara visión de futuro y la valentía para aceptar el reto de luchar por el desarrollo de la conciencia y la sanación de nuestra Madre Tierra, con decisión e inteligencia. 
Estaba ansiosa por conocer a los jóvenes guerreros de la luz involucrados en la misión, a la que la mayoría de los ciudadanos del mundo da la espalda. 
Iniciamos el Encuentro Internacional de Culturas de Sabiduría Ancestral Tradicional con el compromiso de encontrar los medios para lograr una reconciliación con la Madre Tierra y entre la humanidad. Las instalaciones del Parque Bicentenario (Antigua Refineria 18 de Marzo), acogieron el fuego sagrado y las ofrendas. Pronto se escucharon las voces de los Abuelos representantes de los Mexicas, Purépechas, Toltecas, Totonacos, Mayas, Popolocas, Huicholes, Hopis, Wayomis, Mapuches, Lacandones. Científicos, economistas, maestros, escritores, músicos, poetas, políticos, hisotriadores, ingenieros, ecologistas, sanadores, filósofos, médicos. Estaban representados Canadá, Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Japón, España, Francia. Y mil perdones pues con seguridad omití información que escapa a mi memoria. Todos, unidos en un solo corazón, nos propusimos trabajar sin descanso.  
En las diez mesas de trabajo, a la sombra de carpas níveas, se expusieron las diferentes problemáticas bajo las diversas visiones, desde las científicas hasta las filosóficas. Se emitieron propuestas y todo fue debidamente registrado por los moderadores para luego integrarse en el "Consejo de los ancianos".
La tarde del viernes se presentó René May, un hombre dedicado por completo al servicio; su habilidad como sanador y vidente ha llevado a miles de personas a encontrar el camino de luz y la recuperación de la salud tanto del cuerpo como del espíritu. Cientos se congregaron para escucharlo y recibir, de sus manos, la salud y la esperanza. Los participantes nos preparábamos también para un evento importante: La ceremonia del Fuego Nuevo. En un espacio de tres horas el cielo nos envolvió con su calor, luego nos envió una imponente tormenta con viento fresco. Así terminó la benéfica intervención de René May con su mensaje de unidad, de atenta escucha al mundo espiritual.
Ya de noche nos dirigimos al Cerro de la Estrella en el centro de la delegación de Iztapalapa, al oriente del Distrito Federal. A un lado del museo de sitio, se encontraban los Huicholes quienes cuidaban del fuego y nos esperaban para iniciar la ceremonia. Luego de solicitar el permiso, treinta personas ("los abuelos")comenzamos el ascenso hasta una de las cuevas sagradas. Ahí se llevó a cabo la primera ceremonia. Minutos después, bajo un cielo abierto y paternal, llegamos a la cúspide, ahí, desde épocas precortesianas, se ha realizado la ceremonia ritual del Fuego Nuevo. 
Descendimos  poco antes del amanecer dejando atrás la sagrada pirámide. Los Huicholes y el resto de los jóvenes cuidaban el fuego. Escucharon los cantos de "los abuelos" cada vez más cerca. Nos esperaban con júbilo pues habíamos cumplido y las predicciones eran buenas.
No hay magia, ni tampoco supertisción, existen realidades ocultas a los ojos que insisten en ver la "realidad" de forma primitiva. Me hago responsable de tal aseveración, en especial después de haber sido testigo de lo ocurrido durante esos días de intenso intercambio en el cual "los egos" permanecieron fuera de cada mesa de trabajo, lejos de nuestros corazones.




Cesar Daniel González, Rafael Aluni, Antonio Velasco Piña, María Eugenia Bear Sanz
La conferencia del maestro Antonio Velasco Piña se caracterizó por la clara y fresca exposición de la temática que nos ocupa: el hombre y su irrefrenable impulso por destruirse a sí mismo y a quién lo sustenta: la Madre Tierra. Escuchar a Velasco Piña fue una gran emoción, lo admiro desde que leí Regina, Tlacaélel, San Judas Tadeo. Testigo de la masacre del 68, incansable compilador de historias, humanista erudito.
Sí existe esperanza para la Madre Tierra, para cada uno de los seres vivos en este planeta que es nuestro hogar. Sin nosotros la tierra florecería en unos diez años. Sin la tierra nosotros no viviríamos ni un instante. Estar conscientes de la función de cada nano partícula, de cada célula, de cada onda solar, de cada componente del universo y de nosotros mismos que somos todo eso y más, nos llevaría a cuidar cada milímetro de lo existente y disfrutar cada segundo de nuestra vida. En cada uno viven las informaciones celulares y energéticas de nuestros ancestros hasta llegar al primer protozoario; al mismo tiempo somos el todo y la nada.
Mi espíritu está agradecido por haberme permitido colaborar en este Encuentro, por dejarme ser parte de la gran familia de guerreros de la luz que busca un cambio armónico basado en el respeto, en el amor, en la conciencia, en el trabajo; en la defensa de la vida, de la familia, de nuestra Madre Tierra. Somos una nación arcoíris en la que no existen fronteras, sólo el auténtico deseo de trabajar por el bienestar de todos los seres grandes y pequeños que existen en el universo, cada uno desde nuestro quehacer cotidiano. 

"El tiempo del florecimiento de la sabiduría ancestral ha llegado y cada uno de nosotros posee un pétalo de la gran flor, por eso ahora se nos hace el gran llamado a unirlas, para que juntos podamos contemplar la gran visión de nuestros ancestros, cumplir nuestro destino común y manifestar en lo concreto nuestra visión-misión de vida que se resume en una sola palabra llamada: UNIFICACIÓN".


                                                         “Que Florezca la Humanidad”

Huehuexochitl