viernes, 23 de enero de 2015

Bioalfabetización y faceplanet, puentes seguros


Foto: Dimitirá
DSM-5 The Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition is the 2013 update to the American Psychiatric Association's classification and diagnostic tool. Traducido al castellano, y a quienes gozan de otras profesiones ajenas a la psicología, es un manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Es claro que todos estamos de alguna manera reflejados, en cierto grado, porque sano, sano, aún no conozco a nadie. Todos tenemos nuestros detalles. Todo el preámbulo es por el análisis de la nueva personalidad desarrollada para alimentar el Ego del Facebook. En consulta he atendido, en estos últimos meses, algo aún no descrito en nuestra biblia psiquiátrica, que va desde el bullying o acoso, sexualidad cibernética, trastornos en la autoimagen, hasta las ideas delirantes de querer Ser y vivir una historia diferente, auspiciada en el invisible e impersonal mundo paralelo del internet.
Dejando de lado el impacto de los medios electrónicos en la comunicación humana, me adentro en lo que se refiere al desarrollo de una identidad paralela a la de la vida común.
Imposible abstraerse a la tentación de formar la personalidad soñada como ideal, a través de los mensajes introducidos o posteados en el feis, ayudados por el maquillaje a nuestras fotografías (fotochopeadas).
En el feis encuentro personas con un nombre conocido y un rostro irreconocible. ¿Será un homónimo? ¿Su hermana? ¿Me falla la memoria? ¡No! En definitiva la conclusión es que la conocida tiene cualidades fotogénicas que la hacen ver diez años, diez kilos y diez centímetros diferente.
Los posts de increíble profundidad filosófica, de amor universal y desbordada espiritualidad me llevan a reflexionar acerca del por qué de la sensual y mundana foto del perfil. O aún más, a cuestionar las faltas de ortografía y el lenguaje ordinario en los comentarios.
Para mí, todo encaja a la perfección cuando conecto con la posibilidad de que a través del feis, me comunico con el otro Yo de las personas que, de vez en cuando, encuentro en alguna cafetería poblana. Un Yo “nuevo e ideal”.

Quizás, después de este escrito, pierda seguidores y me den de baja, el equivalente al “córtalas” de la niñez, pero los comentarios obedecen tan sólo a observaciones delirantes hacia las cuales pueden o no estar de acuerdo. Asumo las consecuencias. Por fortuna no soy la única en analizar el fenómeno, en artículos como: Los 'Me gusta' de Facebook revelan la verdadera personalidad;Tu personalidad puede definirse por lo que publicas en el Facebook, y muchos más, se aborda el fenómeno de este surgimiento de personalidades múltiples o falsos estados del Ser.
El tema da para mucho, puesto que, por otro lado, el fenómeno del feis ha logrado eliminar las barreras del tiempo y del espacio. Nos acerca, nos hermana. Nos amplía la posibilidad de conocer a otras personas con intereses similares. Crea puentes seguros para cruzar hacia lugares a los que no llegaríamos jamás.

En el reciente encuentro con abuelos de la tradición se planteó un término maravilloso: la bioalfabetización, definida como el aprendizaje del lenguaje de la naturaleza. No a nivel mental o intelectual, si no a través de los sentidos (experiencia). Se me ocurrió todo el paseo anterior acerca de las personalidades múltiples y el fenómeno del feis, para incluirlo como un puente electrónico para acercar a los jóvenes a la naturaleza, en vez de pasar el tiempo ideándose una vida falsa. Una comunicación desde la escribanía que sugiera y muestre otras maneras de vivir, de sentir que el mundo es algo más que la foto del perfil y el conteo de los likes. El feis puede ser una herramienta invaluable para desarrollar el Ser, si se emplea a nuestro favor y así, no entraremos en las nuevas clasificaciones de trastornos mentales, que con seguridad serán incluidas en el DSM-5. 
Bioalfabetización y un faceplanet construidos juntos, como un puente. Todo está en elegir los contactos y ampliar los horizontes.

jueves, 22 de enero de 2015

El diapasón perdido



Ati Quigua inspira, o quizás sea más exacto decir que en el momento en el que Ati Quigua toma la palabra, nos despierta del sueño cotidiano en el que transitamos entre nubes de smog y paisajes de cemento. 

Imaginé el camino que le llevó hasta el Complejo Cultural Universitario, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, desde la aldea de techos de carrizo en la Sierra Nevada de Santa Martha, en Colombia. 
Una mujer con vestido blanco de bordados multicolores en el cuello. De pelo largo, negro y sedoso. De expresión bondadosa. Desde su nacimiento fue preparada por su abuela al pie de las montañas, porque sería la portadora de la palabra que se ahoga ante el avasallador sonido de la llamada "civilización". 


La UNESCO declaró la Sierra Nevada de Santa Martha como una reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad. La red de ecosistemas albergan innumerables formas de vida y la sierra es hogar de varias comunidades indígenas, cuyas costumbres y cosmovisión no han sido estudiadas a fondo, ni comprendidas. Los kogui, arhuacos, wiwas y kankumanos luchan por sobrevivir cuando la lógica señalaría lo contrario, puesto que debían ser protegidos en su tarea de cuidar de la Madre Tierra, de la Pachamama, de Gaia.
Entre su gente, las mujeres no sostienen la mirada. En su nación Arhuaca las mujeres cuidan las semillas, el huerto. Atienden a los hijos y los educan como guardianes de la naturaleza. 

Ati Quigua lleva un mensaje al mundo. El tema es antiguo, preocupante y recurrente. El ser humano ha olvidado que es parte de la naturaleza. El hombre se ha convertido en el peor enemigo del hombre. El hombre se apresura a destruir su hogar. Como parte de la solución está el desarrollar una consciencia planetaria, llevar la bioalfabetización (aprender de la naturaleza) a la educación, defender el derecho a la vida de los diferentes reinos: mineral, vegetal, animal.

Reeducar a la gente bajo los principios ecológicos me produce el efecto de imaginarme sentada frente a una desafinada y desatinada filarmónica. Pero el absurdo es real, la humanidad desafina, ha perdido el diapasón, o la brújula, que sería otra manera de entenderlo.


bosquedeaguilas.blogspot.com

domingo, 11 de enero de 2015

Lecciones para volar, para una bruja moderna

Hoy llegó a mis manos un libro llamado: Lecciones para volar, para una bruja moderna, de Lilyán de la Vega, editada por Vergara editores.
Una edición elegante, con tipografía del tamaño ideal para quienes gozamos de vista experimentada (cansada) y el papel en ese tono blanco roto, maravilloso, que hace de la lectura un momento placentero. El gráfico de la portada ilustra el título. Al abrirlo se encuentra la fotografía de la autora, pero ese comentario lo dejaré al final.
Desde hace un tiempo dejé de leer temas de superación personal y autoayuda; no externo las razones porque sería un tema largo, polémico y tedioso. Con la sonrisa en los labios, Lilyán lo dedicó al equipo de Psicología Creativa durante la sobremesa del desayuno. Lo recibí agradecida puesto que valoro con respeto y admiración, a todos los escritores, sin importar el género o el estilo. Sin embargo, y lo confieso, pensé: ¡Otro refrito del amor en caldo de pollo, o cambia tu vida en cinco minutos, o los hombres y mujeres en planetas distintos! Mientras continuaba la plática entre los comensales inicié la lectura. Una luz, hace tiempo apagada, comenzó a titilar entre mis neuronas y luego en el corazón.
Les comparto lo que la autora me contó y dejaré que ustedes descubran el tesoro contenido en las 228 páginas.
La madre de Lilyán vivía en un lugar similar al mío, es decir, en el bosque. La casa era pequeña y se encontraba rodeada de vegetación. En una de las frecuentes visitas de Lilyán, su pequeña hija, de 3 años, le preguntó a la abuela si era una bruja, porque había visto la escoba de varas a un lado de la casa.
Claro que sí, le contestó la abuela, ante el ingenioso y sorpresivo comentario. Enséñame a volar, le pidió entusiasmada. Lo haré cuando estés preparada. Poco después, la madre de Lilyán fue llamada a ese enigmático mundo más allá de nuestro planeta tierra. La pequeña se entristeció al perder a su abuela: la bruja maravillosa que le enseñaría volar.
En Lecciones para volar, la abuela comienza a enviarle mails a su nieta y la prepara, paso a paso, por medio de rituales inteligentes y profundos, en el arte de volar a la vida.
Me permito compartir las dedicatorias: “Para Sabina, por enseñarme a ver más allá de las princesas”. “Para Alis, por su alegría, por su magia. Por enseñarnos a volar”.
Podría hacer una lista de las publicaciones que recordé al leer Lecciones para volar, pero ninguna contiene el ingenio y la frescura en la narrativa. ¡Lilyán tiene razón, las princesas son aburridas!

Es un libro optimista, esperanzador, amoroso y con respuestas hacia preguntas fundamentales. En resumen: posibilita la apreciación de la existencia. La fotografía de la autora revela con fidelidad la impresión real: una sonrisa auténtica y decenas de mundos amorosos en la mirada. Mi enhorabuena, Lilyán, y mi cariño.