martes, 9 de febrero de 2010

Letras de Aguaviento



Aguaviento de María Sanz

En la hacienda de San Pedro de Ovando la magia y la nostalgia se apoderan de los pensamientos. Bajo las vigas de madera centenaria se perciben los latidos de Rosa y Lola Reina, las
ambiciones de Luis Loaiza, la frustación de Luisito. Aún los relojes intentan detener el tiempo. Las ventanas del salón principal abren sus brazos para que desde ahí, se pueda ver la silueta del general juanto a las sillas de montar. El aguaviento de la Malinche cala las emociones, nos regala espejismos y fantasmagorías.
Una palabra puede atraer mil imágenes cuando se lee desde el corazón; Aguaviento invita a colocarse dentro del cuerpo desnudo sumergido en el jaguey; a hurgar las sinuosidades de la historia y a adueñarse de la vida de los muertos para encontrar, al final, lo que nos trajo hasta acá.
Aguaviento, da cuenta de un mundo en el que vivos y muertos cohabitan, dando forma a nuestro entorno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades Maru por tu nuevo Blog, y por compartir con todos tus vivencias internas.
Adrián

Anónimo dijo...

Maru, te ando tratando de localizar. Soy Loly Galina :)