¡Bartolinaaaaaa! ¡Qué, pues, Bartolo! ¿Dónde andas, mi chula! No grite, va a
despertar a todos los vecinos; mejor acérquese y pase usted a esta su humilde
casa. ¿Y ahora, Bartolo, por qué tan misterioso? ¿Se puso difícil su revolución
y la cuenta de los papelitos? No, mi chula, al contrario, decidimos arreglarlo
de otra manera. Pues cuente ya, los huesitos me tiemblan de miedo. ¿Miedo usted,
mi florecita de panteón? Sí, Bartolo, lo veo muy raro con esos pantalones encogidos
y la camisa remangada. Qué, mi muñequita, ¿me veo guapo?
O se arrima para el
otro lado de la mesa o se sale a la noche ahorita mismo. Bueno, pues, no
aguanta ni un piropo. Los piropos son con palabras, Bartolo, no con las manos.
Usted qué sabe, prietita, usted qué sabe. Bueno, pues, desembuche. Mis compadres
y yo nos pusimos de acuerdo con los demás y organizamos una justa deportiva
para olvidarnos de los problemas de las elecciones. ¿Y quién ganó? Pues hoy, los del otro
pueblo, Bartolina, fíjese que se echaron unos clavados de bombita en el arroyo, que no
pudimos igualar. Bartolo, me refiero a lo de la revolución. ¡Eso! Mira chulita,
mejor te cuento de las competencias deportivas. Los que ganen se harán cargo de
este purgatorio, un tiempo, no crea que para siempre. Y usted, Bartolo, de qué
la juega. No estaba seguro, primero me anoté en el levantamiento de toneles de
tequila, luego en el doble salto de charco, después en el lanzamiento de
herradura, en el de guarache y al final me quedé en las carreras de sacos con relevo y en la de
los cincuenta metros loma arriba. Mis compadres se anotaron en el lanzamiento de
escupitajos y en el de eructos. No, pues, si está muy divertido. No se burle,
Bartolina, mejor arreglar las
diferiencias así, que a balazos y mentadas de familia. Tiene razón,
Bartolo, porque morir dos veces por la misma necedad…
No son los guaraches de los compadres, pero me pareció una buena foto encontrada en la red |
Fíjese, chula, que hasta
nos empezamos a entender, cuando todo esto termine arreglaremos el camino.
¿Cuál de todos? Pues el que nos llevará al paraíso, chula, cuál va a ser. O,
pues, Bartolo, yo no lo ando corrigiendo ni cuando dice diferiencias. ¡Eso, mi morena! Tranquilo,
Bartolo, no hace falta que me grite. Digo que eso es todo, si estudia hasta me
puede corregir. Lo que debe componer es su facha, Bartolo, con los pantalones remangados
se le ven patitas de chichicuilote de barranca y con las bototas parece que está parado sobre una piedrototota. ¿Pues quién les diseñó los uniformes deportivos? ¿El
enemigo? No se burle, lucecita de mi vida, lo más importante es ganar, al menos
en el tiro con charpe les llevamos la
delantera. ¿Me presume de buena puntería? No más acérquese un poquito y ya
verá…
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