Déjame acariciar tu rostro
efluvios del 5 de mayo de 1862
De: María Eugenia Bear Sanz
Expreso
mi gratitud por la oportunidad y la confianza de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla, dirigida por el doctor Enrique Agüera Ibáñez, al creer en
mi propuesta literaria. Al doctor Carlos Contreras Cruz, director del Fomento
Editorial, y al maestro José Luis Olazo editor de este proyecto y de cientos
más. Mi agradecimiento al Gobierno del Estado de Puebla y al Comité Ejecutivo
Conmemorativo del 150 Aniversario de la Batalla de Mayo.
En un
ejercicio imaginativo, observemos nuestra ciudad de Puebla en el año de 1862.
Puebla de los Ángeles tenía una población aproximada de 75.000 habitantes y luego
de la capital de México, era la ciudad más importante de la recién
independizada nación. Descrita como abrumadoramente conservadora y a la vez
semillero de mentes liberales, sus habitantes enfrentaron los embates de la
Guerra de Reforma de 1857 a 1859. Una tensa calma se apoderó de la ciudad de
los ángeles. Los personajes de la novela Déjame
acariciar tu rostro emergen de una sociedad compleja, de influencias
diversas y ansias de superar un destino que amenazaba con devorarlos.
Déjame acariciar tu rostro, se convirtió
en un ejercicio continuo de colocarme en las miradas y en las emociones de los
poblanos de aquellos tiempos de repiques de campanas, sotanas y ansias de
experimentar los placeres simples de la vida. La historia familiar se entreteje
a los hechos de guerra de los años 1862 y 1863. En dos años la vida y la muerte
se acompañan de manera cercana, se funden.
La
lectura y la escritura despiertan y elevan la calidad del pensamiento. La
lectura y la escritura son el portal para viajar en el tiempo, en el espacio. A
través de ellas se puede vivir lo imposible y transformar lo real en magia. Por
esas razones me entrego cada día a ambas: Lectura y Escritura, para darle
sentido a mi existencia.
Hoy
entrego a mis respetados lectores una novela, con orgullo, la única de este
género literario publicada para conmemorar la Batalla del 5 de Mayo, en la que
tendrán la posibilidad de hacer un viaje al año de 1862. Un año crucial en el
que se transformó la personalidad de los poblanos, puesto que por un lado
enfrentaron al ejército más poderoso del mundo, las temidas fuerzas militares
de Napoleón III, y por otro, la sutil venganza y castigo del presidente Benito
Juárez al cambiar a Puebla de los Ángeles por la Heroica Puebla de Zaragoza. Un mensaje subliminal que cimbró la postura
existencial de los poblanos.
En
esta mañana, reconociendo a un hombre patriota y brillante: el joven general
don Ignacio Zaragoza, quien hizo que “las armas nacionales se cubrieran de
gloria”, el 5 de mayo de 1862, declaro también mi amor por la Puebla de los
Ángeles que vibra en mi interior, y a la actual Heroica Puebla de Zaragoza que
me motiva a continuar en el arte de amanuense, desde mi escribanía; una
trinchera en la que las palabras son mis pertrechos y mi corazón la artillería.
Ma.
Eugenia Bear Sanz
Heroica
Puebla de Zaragoza, a 10 de septiembre de 2012
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